En ocasiones nos enfocamos solamente en el cuidado de nuestra salud física. Una alimentación equilibrada, un correcto descanso o un poco de actividad física, son acciones muy positivas para nuestro organismo, pero tampoco debemos descuidar nuestra salud emocional. Las personas que tienen una buena salud emocional son aquellas que mantienen una armonía entre lo que piensan, lo que sienten y lo que hacen, lo que les permite no solo sentirse bien consigo mismas sino establecer relaciones más positivas con su entorno. Además, la salud emocional está directamente relacionada con la corporal, por lo que si estás expuesto a emociones negativas durante un largo período de tiempo esto se puede traducir en problemas de salud físicos o la adquisición de malos hábitos.

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Tener una buena salud emocional se traduce en no dejarte dominar por tus emociones, es decir, en saber afrontar y gestionar los problemas de la vida cotidiana. Para conseguir ser una persona emocionalmente sana lo primero es aprender a reconocer tus emociones para así comprenderte mejor y averiguar por qué sientes lo que sientes. Es fundamental relativizar los problemas que se te presenten y no darles una importancia mayor de la que en realidad tienen, y centrarte más en encontrar soluciones que en el problema en sí. También debemos aprender a relajarnos, algo a lo que nos pueden ayudar actividades como el yoga, la meditación o la natación, que además contribuirán a que mantengamos una vida equilibrada.

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Lograr una buena salud emocional no es una tarea que tengas que llevar a cabo tú solo. Compartir lo que sentimos con un miembro de nuestra familia o un amigo cercano ayuda a sentir que las cargas del día a día son menos pesadas. De hecho, cultivar y cuidar nuestras relaciones afectivas es un punto muy importante para nuestra correcta salud emocional, ya que tener una red de vínculos sociales fuerte te permite resistir más fácilmente a las adversidades que se te presenten. Los amigos, y sobre todo la familia, te proporcionan estabilidad y un entorno de seguridad y solidaridad muy beneficioso para tu salud emocional.

Saber escucharnos, tener confianza en uno mismo, asumir una actitud optimista, abierta y flexible ante la vida y cuidar de nuestras relaciones sociales son acciones clave para lograr una buena salud emocional. No lo olvides: mens sana in corpore sano.

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